Pololear no es estar casado, es una relación de intimidad, compromiso y pasión, respeto y admiración mutua. El pololeo es la primera etapa del conocimiento mutuo e identificación de cómo somos. Compartir ideales, sueños y amistades, es parte de una relación de pololeo.
Al ser una primera etapa, es importante poner atención a todas las señales, sean estas buenas, como también, las que crean desconfianza.
La violencia en el pololeo es la antesala de la violencia en el matrimonio y/o la convivencia. Es el comportamiento para establecer el control y el poder sobre el otro, mediante el miedo, la intimidación, incluyendo, a menudo, la amenaza o el uso de la violencia.
La violencia no es sólo golpes, implica peleas frecuentes, discusiones no resueltas, portazos, el silencio, los gritos, empujones, invadir los espacios de intimidad (revisar celular, Facebook, cuentas personales). La intimidad es un derecho.
La violencia intra-pololeo se manifiesta en agresiones físicas no accidentales, de magnitud, frecuencia y características variables, como también, psicológicas, las cuales consisten en hostigamiento verbal hacia el otros, celos, insultos, críticas, ridiculizaciones, control, indiferencia, comportamiento controlador que limita el ejercicio de los derechos de las personas. Además, el abuso sexual, que implica forzar al otro a cualquier tipo de contacto.
Todas estas actitudes son la base para relaciones enfermizas. Lo preocupante, es el secreto que muchas veces se mantiene y sólo sale a la luz cuando muchas veces es tarde.
Reconocer la violencia, es el primer paso, rompe el silencio.